martes, 7 de junio de 2011

DEBAJO DEL SILENCIO, La Convención Teatro

En Escena:Alicia Vissani, Julieta Daga, Laura Ortiz, David Piccotto, Guillermo Baldo; Diseño de Luces / Puesta en Escena: Rafael Rodríguez; Vestuario: Marìa Paula Delprato; Música: Pablo Cáceres; Diseño Gráfico: Liminaresdiseño; Operación Ténica: María Belén Carranza Bertarelli; Asistencia Compositiva: Melina Passadore; Asistencia de Dirección: María Belén Carranza Bertarelli y María Paula Delprato; Dramaturgia: versión libre de Antígona, de Sófocles y de Los Siete contra Tebas, de Esquilo: Daniela Martín; Dirección: Daniela Martín. Sala: Espacio Cirulaxia; mayo y junio.

Debajo del silencio..., así se llama este espectáculo que se presenta durante mayo y junio en el Espacio Cirulaxia; debajo del silencio. ¿Por qué debajo del silencio? Porque es una excelente metáfora del Derecho a la Resistencia, derecho incorporado a nuestra Constitución Nacional de 1994. ¿Y qué es el Derecho a la Resistencia? Es un derecho inmanente a toda sociedad política organizada de rebelarse ante un régimen opresor, aunque éste haya llegado al poder legítimamente, que quebranta las orientaciones políticas del cuerpo electoral que lo escogió para la conducción de su país. Porque cuando en el Estado no hay equilibrio de poderes; cuando las decisiones del Máximo Tribunal de la República sean irrespetadas por el gobierno nacional, se rompe la armonía funcional del Estado, y emerge el derecho que tiene el pueblo de resistir a la opresión o a la tiranía.
Los actores se encuentran encerrados en un círculo, círculo que remite al encierro, pero también a la circularidad de la vida y a la imposibilidad de desobedecer la historia que rige a toda tragedia, sea esta griega o de otro origen. Antígona, recurriendo al Derecho a la Resistencia, insiste en dar sepultura a su hermano Polinices. Creonte, hermano de Yocasta y a cargo de Tebas después de la muerte de Polinices y Etéocles, ha dado la orden de dejar el cadáver de Polinices a la intemperie para que se pudra lentamente e impedir el descanso de su alma. Así Creonte, que había llegado a regir los destinos de Tebas en un todo de acuerdo a la ley (Edipo ha partido al exilio, Yocasta ha muerto y los hijos varones de éstos se han matado entre sí), al negar la sepultura a Polinices, contradice la ley natural dictando un decreto aberrante y, por eso, pagará con la muerte de Hemón, su propio hijo y novio de Antígona.
Y la decisión de Antígona de recurrir al Derecho de Resistencia acompañado de la posición irreductible de Creonte, quien incluso desoye a su hijo cuando éste le suplica que no condene a Antígona, se convierten en una viva metáfora de lo que fuera el enfrentamiento de las Madres de Plaza de Mayo y el gobierno de facto o los democráticos de turno exigiendo "aparición con vida" y el derecho, como Antígona, de dar sepultura a sus cadáveres, enfrentamiento que, lamentáblemente, cesó cuando decidieron levantar las marchas de los jueves para dejar de exigir la aparición con vida o el derecho a dar sepultura a sus muertos para enrolarse a nivel político partidario y pasar a exigir castigo, sólo castigo (dejo expresa constancia que me refiero únicamente al grupo de Madres que lidera Hebe de Bonafini, ya que Madres-Línea Fundadora, que dirige Nora Cortiñas, mantiene el reclamo que diera nacimiento, vida y conocimiento mundial a Madres de Plaza de Mayo manteniendo la universalidad de la causa, causa que, como argentino, me llena de orgullo y solidaridad).
Las actuaciones de David Piccotto, Julieta Daga y Laura Ortiz son realmente excelente porque logran transmitir el espíritu de la tragedia y lo que sus personajes van viviendo. Pero no entiendo por qué Daniela le dio a Alicia Vissani, una actriz que ha demostrado sobradamente su excelencia istriónica, el rol de Polinices. Alicia es una actriz con fuerte presencia escénica y una fortaleza que se han puesto de manifiesto en los distintos roles que ha encarado, pero esa presencia y esa fuerza no le alcanzaron para encarar a Polinices al mismo nivel de David, Julieta y Laura. Y esto, según mi entender, fue un error de dirección. Pero Daniela tiene el derecho de equivocarse porque ha demostrado, ¡y con creces!, que es una excelente dramaturga y directora, y una cabal conocedora del teatro griego de la antigüedad.
Tampoco Guillermo Baldo estuvo al nivel de los otros actores, pero creo que, fundamentalmente, porque utiliza un volumen de voz tan bajo que no es audible para el espectador, y esto hace que sus intervenciones pasen casi desapercibidas.
A todos ustedes, Alicia, David, Julieta, Laura, Guillermo y Daniela, como así también a los responsables de luces y sonido, gracias, muchas gracias. Pasé un momento muy agradable.
José Luis Bigi

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